“La Palanca”
¿Cómo debe ser un líder local?
Sin lugar a dudas, podemos afirmar que los Ayuntamientos son el eje central del funcionamiento de nuestros municipios, desde donde se gestionan los recursos y servicios para atender al bienestar e intereses de los vecinos y vecinas.
El avance de la sociedad, ha hecho que cada vez haya más necesidades que satisfacer, por consiguiente, las estructuras de las instituciones públicas tienden a engrosarse y precisan de una capacidad de liderazgo que asegure la buena gestión de los recursos disponibles, y su empeño con eficacia y eficiencia.
El alcalde o líder de un pueblo, es el encargado de encabezar el organigrama de nuestro Ayuntamiento, y es por ello, que como buenos gestores deben contar con una serie de cualidades.
Generalmente, cuando precisamos de la atención de nuestros dirigentes públicos es porque tenemos algún problema que precisa de una solución. Llamar a la puerta de un alcalde no es algo baladí, es por ello que, lo que necesitas es como mínimo ser atendido, en tiempo y forma, con entusiasmo e interés para tratar de buscar soluciones o alternativas.
No hemos de olvidar, que el trabajo de un cargo público político tiene un alto componente vocacional. Partiendo de este hecho, lo más normal es que un líder tenga vocación por su pueblo, que viva en su pueblo, que disfrute de sus calles, de sus comercios, de sus bares, de sus tradiciones, de su gente.
El desempeño de la labor pública radica en la dicotomía representantes y representados, es decir, en la confianza otorgada de los electores en beneficio del trabajo por sus intereses, en el deber de la prestación de servicios públicos de calidad desde el comienzo hasta el final del mandato del dirigente público, y siempre guiados por los preceptos marcados constitucionalmente.
Este es el líder que mereces, entrega y vocación al servicio de su pueblo, cercanía y compromiso con su gente, trabajo y constancia durante su cargo y, por supuesto, que ame a su pueblo, viva y tenga su hogar en su pueblo y sea nacido en su pueblo.
